Era
el sábado 3 de Julio (2004). Braulio, Damir (mi
hijo) y Daniel nos despedimos de Miguel, JP y
Richard. Haríamos nuestro camino aparte...
Llegamos a Songos temprano y decidimos no hacer rapel
inmediatamente pues nos emocionaba un poco la idea de
subir la montaña Tomapongo y lo del rapel, bueno,
todos ya sabíamos de esa técnica (yo, Daniel de 38
años y acampando desde los 4 años, Braulio de 19
años y acampando desde los 7años e incluso mi hijo
Damir con sus 7 años de edad sabe rapelar...
¡claro! ¡si se la pasó acampando toda su vida!).
("si ya se, tengo que usar babero")
Asi iniciamos nuestra subida a Linday, sin mas que
una botella de agua. Pero si siempre puedes contar
con algo, eso es con el "descuido" de la
gente. Ya antes de llegar a Linday teníamos otras
dos botellas plásticas: una de medio litro y otra de
tres litros.
Y aquí tuvimos un pensamiento para Franz, Jimena y
la gente que iría con ellos. Y es que deberían
estar subiendo en este momento a la Laguna de Arca,
20 km mas al sureste y justo una semana atrás había
nevado en esas cumbres, cosa que no pasaba desde hace
10 años.
La voz de Damir: "Hey Papá: un águila",
nos sacó de nuestros pensamientos.
Efectivamente, una gran aquiliforme (parecía un
gavilán acanelado) pasaba al frente de nosotros
hacia la montaña vecina. Siempre es un gran
espectáculo verlo.
Ya en Linday pensabamos en llegar a Huacapune, pero
las totalmente inusuales nubes de tormenta que se
aparecían sobre las cumbres nos hicieron pensar en
subir otro día (mmm... nubes de lluvia torrencial,
de tormenta... ¡en la estación seca!... y pensar
que hace poco estrenaron "el día después de
mañana"...)
Pero subimos a Kantahuaycho: el complejo
arqueológico aparentemente urbano con sus ruinas en
perfecto estado inmediatamente arriba de Linday, con
mas de 20 "casitas" con todo y sus techos.
Habiendo almorzado y comido galletas (lo único que
se vende en un pueblo al que solo llegas a pie o en
burro) decidimos bajar para encontrar un sitio
agradable para acampar.
La gente en Linday ya conoce nuestro uniforme y tal
vez porque a la fecha nuestro Club ha escrito la
única web que existe sobre este pueblo y sus
circuitos. Como siempre nos tratan muy amablemente y
siempre paramos aunque sea un ratito aconversar con
ellos.
Era inevitable que al llegar abajo no visitaramos al
menos la pequeña cascada a la entrada de Songos, aun
con poca agua es bella. Un pequeño tobogán labrado
en la roca por no se cuantos años de chorrear el
agua. Ademas encontramos la "cascada" que
nos hicieron una vez un lugareño al vernos:
desplomaron la acequia desde unos 25 metros
formandose una bella cascada que en 10 minutos inundo
el terreno donde acampabamos esa vez. Gracias, un
bello espectáculo (semana santa del 2004), claro
tuvimos que mover las carpas.
Asi, a la vista de esa cascada nos decidimos por ir a
la zona de "bosquecillos" a la entrada de
Songos: una serie de terrazas llenas de arboles
aunque se van secando conforme avanza la temporada,
siempre es un campo reconfortante.
Braulio armó su carpa y Damir hizo la fogata, ¡que
genial ver a mi hijo preparar la sopa (y no porque yo
sea un flojo) en el marco de la luz de la fogata y
bajo el manto de un cielo estrellado!. Luego de
nuestras oraciones y cansados de la rápida
subida-bajada a Linday, nos fuímos acomodando aunque
ciertamente Braulio (que acababa de terminar su
primer ciclo de universidad) se quedo dormido casi
inmediatamente a eso de las 8pm (al ojo pues no
teniamos reloj) y se perdió el bellisimo
espectáculo de la salida de la luna llena detrás de
una montaña.
Y otra vez esa reflexión: ¿como no creer en Dios?
¡estoy bajo las estrellas, veo la luna llena,
escucho los grillos y demás ruidos de la noche,
canto junto a mi hijo calentándome en una fogata que
el ha hecho! y asi y todo hay quienes dicen que Dios
no existe... y me doy cuenta una vez mas de gran
valor de eso que llamamos "Vida al Aire
libre" y que es el fondo, el motor y el
principio que mueve al Club... ahhh que vida tan
hermosa y como puede la gente perdersela encerrados
en sus mundos urbanos!

Y
es que surge otra vez esa reflexión: mas allá que
el ejercicio físico, mas allá de el mero
ecoturismo, de la busqueda de "lugares
bonitos", mas allá está esa comunión con la
obra del creador, el encuentro con Dios, en ese mundo
dónde todo habla de Él. Y por eso puedes ir de
campamento mil veces al mismo sitio y sigue siendo
maravilloso, pero para eso debes ir sin
"walkman", sin cocinas, sin alcohol... y te
encuentras contigo, con tus Hermanos exploradores, y
con Dios. Vaya... la luna ya esta sobre mí. Hasta
mañana.
Damir y yo despértamos fuera de la carpa y de hecho
yo abrí los ojos ya muy avanzada la mañana (serían
las 8am). En realidad fue Damir quien me levantó
para poner a hervir la olla de agua pues él ya
estaba empezando a preparar el desayuno.
-"mmm.. que sueño!" me dije
-"vamos Braulio","¡Braulio!..."
El silencio y una respiración profunda y muy
acompasada me contestaban... y yo que creí que
tenía sueño.
-"Vamos hijo, vamos por el agua". Y hacia
allá fuimos. Damir marchaba adelante diciendo:
"por aqui no papá, te haras daño con las
ramas" o recogiendo leña para la fogata (si ya
se, ya se, ...mi babero...)
En fin, Braulio se levanto y luego de organizarnos y
de que mi hijo Damir encontrara una estaca muy muy
parecida a esas que hacemos, muy muy parecida
("hey, ¿no acampamos aqui mismo hace dos
años?") decidimos reiniciar la caminata. En
realidad queríamos solo pasar ese puente colgante
que esta entre Tornamesa y la Quebrada Verrugas, un
puente colgante hecho de tronquitos y que tiene como
80m de largo.

"El Puente del Miedo"
(2004)

El
"Puente del Miedo" (2021)
Caminata
por tramos de la carretera vieja, agradable,
tranquila, hablando de los "Transformers" y
"Thundercats" y llegada a una pequeña
huerta de paltas con un cesped tan agradable que
invitaba a echarnos a seguir hablando de los
"x-men", "Batman" y demás
legendarios de los comics... ¡que grato es disfrutar
la naturaleza aun hablando de triviales temas tan
urbanos!
En fin, cruzamos el río Rímac... recordaba la
reflexión de Micky: "si hubiera peces en el
Rímac, seguro brillarían en la oscuridad"
(haciendo reflexion a lo muntante que podria ser una
especie que viviria en semejante contaminado río)...
pero, hey! alto! Papa Mira!, hey Damir! Mira
Braulio!... uno, no, dos, tres... mas de 20 peces...
ya no cuenten! y algunos con mas de 20cm!!!
¿los pescamos?, ¿se podrán comer?, mmm,
Tenemos algo de bizcochos y subiendo a la carretera
parece haber una tienda... mejor otro día veremos si
al estar vivos es suficiente garantía de que no
moriremos si los comemos.
Cruzamos el puentecito de troncos y subimos a la
carretera por un sendero estrechisimo. Un
restaurante... menu... mmm ¡bueno! total, ¡por esta
vez! (por si aca: S/.4.50 el menu de sopa, segundo y
refresco).