Escultismo
Para Muchachos
Capítulo 6
Resistencia de los
Scouts
Fogata 18
Hábitos Saludables
Todos
los grandes Scouts de tiempo de paz, quienes han
tenido éxito en exploraciones o cacerías en lugares
salvajes, lo han conseguido con saber cómo
conservarse sanos a sí mismos y a los demás. Y
tenia que ser así, ya que, si ellos o sus muchachos
enfermaban, se herían o sufrían algún accidente,
no podían encontrar doctores en la selva que los
curaran. Un Scout que no sepa algo acerca del cuidado
de sí mismo, nunca obtendrá éxito y mejor sería
que se quedase en casa, ya que no serviría para
mucho.
Por
tanto, practicad conservaros sanos; después podréis
enseñar a otros cómo pueden hacerlo también. En
esta forma podréis hacer muchas buenas acciones.
También, si sabéis cuidaros, no tendréis necesidad
de gastar en medicina. El gran poeta inglés Dryden
escribió en su poema "Cymon and Iphigenia"
que: "es mejor confiar la salud al aire puro y
al ejercicio, que pagar al médico para que os la
conserve".
"Es
mejor salir al campo para conservar la salud
Que para
el objeto pagar doctor y medicinas;
Por eso,
el sabio, al ejercicio su salud confía;
Dios no
hizo su obra para que se la enmendáramos"
Conservaos
limpios
Si os
cortáis en la mano, estando ésta sucia, es fácil
que se infecte y os duela; pero si está limpia, nada
os pasará y pronto estará curada.
La
limpieza de la piel ayudará a conservar pura vuestra
sangre. Los doctores dicen que la mitad del provecho
del ejercicio se pierde si no se toma un baño
inmediatamente después.
No
siempre será posible tomar un baño diario, pero por
lo menos podréis daros una buena frotación con una
toalla mojada o seca y esto nunca debéis dejar de
hacerlo, si queréis conservaros aptos y sanos.
También
debéis conservar limpias vuestras ropas, tanto
interiores como las que se ven.
Para ser
sano y fuerte es necesario conservar limpia la sangre
de vuestro cuerpo; esto se consigue aspirando aire
puro en cantidad; con respiraciones profundas y
limpiando el estómago de toda clase de impurezas lo
que se logra haciendo funcionar el intestino
diariamente, sin falta; algunas personas lo hacen
hasta dos veces al día.
Si
alguna vez se experimenta dificultad para hacerlo,
hay qué beber bastante agua pura, antes y después
del desayuno, y practicar el ejercicio de torsión
del cuerpo y con eso se obtendrá el remedio. Jamás
principiéis ningún trabajo por la mañana sin haber
tomado antes algo de alimento.
Tomasito,
el Pie Tierno. No. 9.
Tomasito
ensaya a fumar.
Tomasito
creyó que fumar era una diversión. Pero pronto se
dio cuenta de su equivocación.
Fumar
Todo
Scout conoce la Ley Scout. Pero ésta tiene un
mandato extra que no está escrito en ella y que, sin
embargo, todos lo entienden y es éste: "El
Scout no es ningún tonto" y es por eso que los
Scouts no fuman mientras están en el crecimiento.
Cualquier
muchacho puede fumar; después de todo no es nada
extraordinario hacerlo; pero un Scout no lo hace
porque no es tan tonto. Sabe que cuando se fuma antes
de haber terminado el crecimiento se puede debilitar
su corazón y el corazón es el órgano más
importante que posee, y que es la bomba que manda la
sangre a todas las partes del cuerpo para crear en
él carne, músculo y huesos.
Si el
corazón no desempeña adecuadamente sus funciones,
el muchacho no puede crecer sano. Además, todo Scout
sabe que fumar le arruina el olfato, que le es tan
importante cuando desempeña servicios Scouts.
Un gran
número de los mejores deportistas, soldados, marinos
y otros no fuman; saben que están mejor sin hacerlo.
Ningún
muchacho principia a fumar porque le guste, sino,
generalmente, por miedo a las burlas de sus
compañeros o porque pensó que, haciéndolo,
parecía muy hombre cuando lo único que logra es
parecer un pobre tonto.
Por
esto, haceos el ánimo de no fumar hasta no estar
totalmente desarrollados y cumplidlo. Eso demostrará
que sois más hombres que cualquiera de esos
petimetres con un cigarrillo a medio fumar entre los
labios. Los demás acabarán por respetaros y
probablemente seguirán vuestro ejemplo, aunque en
secreto.
Beber
Una
noche se me acercó un individuo con aspecto de
soldado y me mostró sus certificados de que había
sido dado de baja, con los que demostraba que habla
servido conmigo en Sudáfrica. Me dijo que no
encontraba trabajo y que estaba muriéndose de
hambre, que aparentemente todo estaba en contra de
él por ser soldado. Mi olfato y mi vista me estaban
contando una historia muy distinta, la que, de
seguro, era la causa de su desgracia.
Un
desusado olor a tabaco y cerveza se desprendía de
sus ropas, sus dedos estaban amarillentos por el humo
de los cigarrillos, hasta se había puesto alguna
loción perfumada para disminuir el olor a whisky que
despedía su aliento; no era, pues, extraño que
nadie le quisiera dar empleo o más dinero para que
siguiera bebiendo, ya que eso seria lo único que
haría si lo consiguiera.
Mucha
parte de la desgracia y pobreza que hay en el mundo,
la ocasionan los hombres que malgastan su tiempo y su
dinero bebiendo. Y una gran parte de los crímenes,
las enfermedades y la locura, son causados por la
bebida.
El viejo
refrán de que: "Las bebidas fuertes hacen
débil al hombre" es una gran verdad.
Sería
imposible para el hombre que bebe ser Scout. Rechazad
todo licor desde un principio y sed siempre
constantes en ello. El agua, el té y el café son
bebidas suficientemente buenas para aplacar la sed, o
para reanimarnos en cualquier momento; si hace calor,
un refresco o un jugo de limón constituyen magnifica
ayuda.
En
las excursiones
Un buen
Scout se adiestra de tal manera, que puede pasárselo
bastante bien sin líquido. Es cuestión de
costumbre. Si conserváis vuestra boca cerrada al
caminar o correr, o si introducís en ella una
piedrecita (lo que hará que la conservéis cerrada),
no os dará sed, como sucede cuando se lleva la boca
abierta absorbiendo aire y polvo. Pero también
deberéis estar en buenas condiciones, pues si
estáis gordos por falta de ejercicio, seguramente os
dará sed y desearéis tomar agua a cada kilómetro.
Si no bebéis, pronto se os pasará la sed, pero si
por el contrario, os ponéis a beber mientras
camináis o mientras jugáis, eso sólo os ayudará a
cansaros y a que se os acabe la respiración.
"Pagar
el convite"
Algunas
veces es difícil evitar tomar bebidas fuertes cuando
se está con los amigos y es uno invitado, pero, en
general, les gusta uno más si no acepta, ya que
entonces no tienen que pagar. Pero si insisten
podéis tomar algo inofensivo. A los ociosos les
gusta estar en las cantinas charlando y bebiendo
generalmente a costillas de los demás pero son
ociosos y es bueno alejarse de ellos si se desea
servir para algo y gozar.
Recordad
que la bebida jamás curó una sola pena, lo único
que hace es aumentarlas más y más mientras más se
bebe. Por un tiempo hace que el hombre se olvide de
cuál es exactamente su pena, pero también le hace
olvidar todo lo demás. Si tiene mujer e hijos, le
hace olvidar que su deber es trabajar para ellos y
ayudarles en sus dificultades, en vez de
incapacitarse para el trabajo.
Algunos
hombres beben porque les agrada sentirse medio
estúpidos pero son verdaderos tontos, porque una vez
que se han dado a la bebida nadie los querrá
emplear, andarán sin trabajo y fácilmente se
enfermarán. No hay nada de varonil en la borrachera.
Una vez que el hombre se ha dado a ella arruina su
salud, su carrera y su felicidad, junto con la de su
familia. Para esta enfermedad sólo hay un remedio:
el no adquirirla jamás.
Los
hombres que adquieren el hábito de la bebida
frecuentemente arruinan su salud y su felicidad y la
de su familia.
El
antiguo refrán que dice: "Las bebidas fuertes
harán débiles a los hombres", es muy
verdadero.
Continencia
El fumar
y el beber son dos cosas que atraen a algunas
personas y a otras no, pero hay una tentación que
casi seguramente os asaltará en alguna ocasión y
acerca de ello deseo preveniros.
Os
sorprenderá saber cuántos muchachos me han escrito
dándome las gracias por lo que he escrito sobre esta
materia; por tanto, espero que todavía haya otros
que estén gustosos de recibir una palabra de consejo
sobre el vicio secreto, que hace presa de tantos
jóvenes. Fumar, beber y jugar son vicios de hombres
y por eso atraen a algunos muchachos, pero este vicio
secreto no es un vicio de hombres; éstos sólo
sienten desprecio por aquél que se deja llevar de
él.
Algunos
muchachos, como los que empiezan a fumar, piensan que
es varonil el contar o escuchar cuentos sucios, pero
eso sólo demuestra que son unos pequeños tontos.
Sin
embargo, esa clase de conversaciones, la lectura de
libros obscenos y ver cuadros inmorales conducen a
los muchachos irreflexivos a la tentación del vicio
solitario y esto entraña un gran peligro para ellos,
pues, de convertirse en un hábito, les arruinaría
la salud y el espíritu.
Pero si
tenéis algo de virilidad en vosotros, desecharéis
la tentación. Debéis evitar ver libros y escuchar
conversaciones obscenas y os dedicaréis a pensar en
otras cosas.
Algunas
veces el deseo proviene de indigestión, o de haber
comido alimentos muy condimentados, o de
estreñimiento, o de dormir en un lecho demasiado
caliente, con demasiadas mantas. Puede ser, por
tanto, curado, corrigiendo esto y tomando enseguida
un baño frío, o ejercitando la parte superior del
cuerpo con movimientos de brazos, boxeo, etc.
El
Scout es puro de pensamiento palabra y obra.
Sabe
lo que hay que hacer con el que habla de cosas
sucias.
Podrá
parecer difícil, al principio, vencer la tentación,
pero una vez que se ha logrado hacerlo la primera
vez, ya será más fácil después.
Si
todavía tenéis dificultades acerca de esta materia,
no hagáis un secreto de ello, recurrid a un
sacerdote, a vuestro padre, o a vuestro Jefe de Tropa
y ellos os aconsejarán:
Levantarse
temprano
La hora
en que el Scout debe ser más activo es en la mañana
temprano, ya que es la hora en que los animales
silvestres se alimentan y vagan. Por tanto, el Scout
se acostumbra a levantarse temprano y una vez
adquirido el hábito ya no le cuesta trabajo, como
les pasa a los perezosos, que permanecen en la cama
después de que ha salido el sol. El duque de
Wellington, quien acostumbraba dormir en un pequeño
catre de campaña, decía: "Cuando ha llegado la
hora de darse vuelta en la cama, es porque ha llegado
la hora de abandonarla".
Muchas
personas que logran hacer más que otras durante el
día, es porque se levantan una o dos horas antes que
ellas. Levantándose temprano se tiene también más
tiempo para jugar. El que se levanta una hora más
temprano que los demás ha vivido al mes treinta
horas más que ellos. Y mientras ellos viven sólo
doce meses en el año, aquél ha vivido trescientas
sesenta y cinco horas más, o sea trece meses en vez
de doce.
La rima
antigua tiene mucho de verdad cuando dice:
"El
acostarse y levantarse temprano,
Hace al
hombre rico y sano".
Risa
No reír
es señal de enfermedad. Reíd tanto cuanto podáis,
os hará bien. Por tanto, cuantas veces tengáis
oportunidad de reír hacedlo de corazón y haced
también reír a los demás, que a ellos también les
hace falta.
Si
sufrís o tenéis alguna dificultad, procurad
reíros. Si lo hacéis, si os forzáis a ello,
veréis la diferencia.
Si
leéis las histories de los grandes Scouts, como el
capitán John Smith, el "Rastreador" y
otros, encontraréis que, en general, eran gentes
alegres.
El
muchacho ordinario frunce el ceño cuando tiene que
ejecutar ejercicios físicos pesados, pero el Scout
está acostumbrado a reír siempre. Se apunta una
nota mala en su carnes cuando frunce el ceño.
JUEGOS
Carreras
de relevos
Se pone
a dos patrullas en competencia para ver cuál de las
dos puede enviar un mensaje a mayor distancia en
menos tiempo, por medio de relevos, corriendo a pie o
en bicicleta. Se ordena a la patrulla enviar tres
notas sucesivamente, desde un punto distante unos dos
kilómetros o más. El Guía, al conducir a su
patrulla al lugar, va dejando en el camino, a
distancia conveniente, los relevos para que lleven
los mensajes de un punto a otro y de regreso.
Si se
colocan los relevos por parejas, pueden enviarse
mensajes de ida y vuelta.
Lanzar
la azagaya
El
blanco puede constituirlo un saco delgado medio lleno
de paja, o una sábana, o un cartón, o un pedazo de
tela estirado en un marco. Las azagayas (lanzas) se
pueden fabricar con varas que tengan en la punta un
peso puntiagudo, o puntas de flecha de hierro.
Lanzar
una azagaya o una lanza ordinaria es un buen
ejercicio para los brazos.
Los
nativos de Australia usan un pedazo de madera como
extensión del brazo, para arrojar con más fuerza la
lanza.